domingo, 27 de diciembre de 2015

Meditación sobre la Gula y sus 8 Señales para Reconocerla



MEDITACIÓN DE LA GULA

Considera cuánto debe aborrecerse el vicio de la gula. Cristo Señor nuestro te advierte muy expresamente en el Evangelio que le huyas: 

"Guardad que vuestros corazones no sean gravados de la comida demasiada y de la embriaguez y os sobrevenga repentina desdicha" (Cfr. Lc. 21, 34). 

Y otra vez dio su maldición a los golosos: 

"¡Ay de vosotros, que coméis demasiado! Tiempo vendrá que rabiaréis de hambre" (Cfr. Lc 6, 25)

Este vicio hace al hombre estúpido, arruina la salud y abrevia la vida; hace al alma incapaz de razón, indigno de las consolaciones celestiales e inhábil para las cosas del servicio de Dios. Es como imposible que el goloso pueda ser jamás casto, siendo la deshonestidad compañera inseparable de la gula. Ordinariamente está muy sujeto a la ira. Dios castiga severamente este vicio, aun en esta vida, como lo hizo con nuestros primeros padres, por haber comido del fruto vedado, echándolos vergonzosamente del paraíso terrenal. El pueblo de Israel apenas hubo comido la carne cuando la ira de Dios vino sobre ellos e hizo extraña matanza. Un Profeta, por haber comido contra el orden de Dios, fue muerto por un león. En fin serán los golosos en el infierno sobremanera atormentados. El rico Epulón pidió una gota de agua para refrescar la lengua y no la alcanzó, y semejante sequedad nos ha de caber, si no sabemos dar de mano a las golosinas.

Considera, que la gula es un deseo desordenado, y excesivo de comer y beber. Se peca:

1. Si se anticipa el tiempo como hizo Jonatán, hijo de Saul (Cfr. I Samuel 14, 24). 

2. Si se buscan comidas o bebidas delicadas y exquisitas, como los israelitas (Cfr. Núm. 11,5-6) 

3. Si se guisan los manjares, aun comunes, con extraordinarios sainetes, como hicieron los hijos de Helí (Cfr. I Samuel 2, 29).

4. Si se excede en la cantidad, como los sodomitas (Cfr. 1 Reyes 14, 24) 

5. Si se come con demasiada sensualidad, aunque sean comidas viles y groseras, como Esaú sus lentejas (Cfr. Gn 25, 34). 

6. Si se comen viandas prohibidas, o por la Iglesia, o por la regla, o por el voto. 

7. Si fuera de tiempo, o de lugar, o más a menudo del que es necesario. 

8. Si pierde la paciencia, cuando las viandas no están bien sazonadas y de gusto, o cuando falta alguna cosa. 

Examínate sobre todo esto; y hallarás por ventura, que apenas comes o bebes sin alguna culpa. 

Usa de los siguientes medios para vencer y refrenar la gula: 

1. Pensando en los ayunos y abstinencia, que hizo Cristo Señor nuestro, y en la hiel y vinagre que gustó por nuestro amor. 

2. Engañando el hambre y la sed con santas ocupaciones, que diviertan la imaginación del comer y beber 

3. Regulando, si es posible, las horas de nuestra refección, y huyendo de los banquetes y de toda ocasión de hacer excesos. 

Cuando fueres tentado de Gula, medita la respuesta que hizo Cristo al demonio:

"El hombre no vive sólo de pan, sino de la palabra de Dios" (Mt. 4,4; Lc. 4,4);

esto es del gusto que siente en oír su santa palabra y en hacer su divina voluntad. Finalmente, piensa que, este cuerpo que regalas con tanto cuidado, será bien presto comido de gusanos, como ya lo dijo Isaías (14, 11).


Fuente: "Manual de Piadosas Meditaciones", PP de la C. de la C. de la Misión de Barcelona, 1833

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